Evolución previsible de la salud osteomuscular en el trabajo
Aitzol Errazkin Egizabal
Director de HSEQ (Health, Safety, Environment and Quality)
KAEFER España y Portugal
Abordar el tema de la salud osteomuscular implica muchas cuestiones, pues es hablar de bienestar, así como del deber empresarial de mantener en buen estado la salud física y psíquica de nuestros trabajadores y, más concretamente, de la condición y buen funcionamiento del sistema locomotor de nuestros trabajadores, sus músculos, huesos articulaciones y tendones para asegurar tanto su bienestar como la continuidad de su servicio.
Se trata de evitar los trastornos musculoesqueléticos (TME) que tienen un gran impacto en la productividad debido a las bajas laborales que generan. Y para muestra un botón, pues algunos de los ejemplos más comunes de enfermedades osteomusculares incluyen la tendinitis, lumbalgia, luxaciones, fracturas y hernias.
En la actualidad los trastornos musculoesqueléticos suponen un reto importante no resuelto para las empresas, las cifras lo dejan muy claro.
(Anuarios del ministerio de trabajo y economía social años 14-22)
En los últimos años los TME se han reducido levemente en porcentaje respecto al total de accidentes con baja, pero lo han hecho de forma tímida ya que, según el actual repunte, éste se mantiene en el entorno del 30%.
LA EDAD, UN FACTOR DE PESO
Existen factores que nos hacen ver que esta realidad se va a mantener, e incluso, es posible que crezca en los próximos años.
El envejecimiento de la población: si bien entre 2000 y 2022 la población ocupada ha aumentado en torno al 18%, este incremento no responde a una entrada de savia nueva, pues la población ocupada de 16 a 29 años se redujo a la mitad en este tiempo, mientras que la de 50 años o más se ha visto más que doblada. La franja de edad mayoritaria en España, tanto en hombres como en mujeres, es la de entre 45 y 49 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2023.
El escenario en 5 años una vez los ocupantes de la franja de edad de entre 45 y 49 años, ahora mayoritarios, se traslade a la franja de los 50 a 55, puede empeorar gravemente, ya que la edad está claramente relacionada con los TME, tal y como se pone de manifiesto en varios estudios recogidos en (Okunribido and Wynn, 201026; Yeomans, 201127) en el informe Work-related musculoskeletal disorders: prevalence, costs and demographics realizado por la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo.
Y a esto debemos añadir que, según otros estudios, (Moyce and Schenker, 2018, p. 352; EU-OSHA, 2007c, pp. 21-2231) la parte en la que se ha registrado una entrada de nuevos trabajadores, básicamente inmigración trabajadora, savia nueva, tampoco resulta alentadora. La razón, según estos estudios, es que se constata que esta población está expuesta en mayor grado que la local a trabajos con mayor demanda física y en condiciones laborales peores, por lo que se ven afectados en mayor medida por los TME.
Por tanto, el panorama no es muy halagüeño, pues esto no va a mejorar con el paso del tiempo si desde las organizaciones públicas y las empresas no hay un firme compromiso y se realizan esfuerzos reales por mejorar los condicionantes que generan los TME.
Por sectores, las tareas del sector del mantenimiento son en muchas ocasiones demandantes de esfuerzo físico, posturas forzadas estáticas y condiciones pocos estándares, por lo que tiende a ser una actividad en la que existe una alta incidencia.
CUÁLES SON LAS CAUSAS Y LAS CONSECUENCIAS DE LOS TME
El origen de los TME se atribuye a diversas causas. A excepción de los procesos derivados exclusivamente de lesiones accidentales puntuales, en casi todos los casos, la producción de TME está influenciada por múltiples factores de riesgo que se desarrollan durante períodos de tiempo variables. Normalmente, si los factores de riesgo no desaparecen, las consecuencias de los TME se cronifican y terminan en consecuencias invalidantes para el trabajo. Estos factores están relacionados tanto con la tarea como con la organización del trabajo, y entre ellos están:
- La manipulación manual de cargas: levantar, transportar o manipular objetos pesados de forma repetida.
- Ritmo de trabajo elevado: realizar tareas de manera apresurada.
- Jornadas prolongadas.
- Adopción de posturas forzadas: mantener posiciones incómodas o estáticas durante largos períodos.
- Exceso en la variedad de tareas perdiendo capacidad de control y anticipación.
- Exposición a vibraciones mecánicas: trabajar con herramientas o maquinaria que generan vibraciones.
Podemos identificar fácilmente la mayoría de los factores de riesgo que conllevan la aparición de los TME, pues están muy presentes en las tareas relacionadas con el sector del mantenimiento. Por ello, es necesario diseñar estrategias que reduzcan la presencia de estos factores de riesgo en la actividad.
DIFICULTADES TRADICIONALES EN EL DISEÑO DE UNA ESTRATEGIA PARA REDUCIR ESTE RIESGO
Las estrategias tradicionales utilizadas en los últimos años encaminadas a la reducción de riesgo no han resultado del todo eficaces, tal y como se puede comprobar en las estadísticas analizadas al comienzo del artículo.
Las razones de esto pueden ser, entre otras, las siguientes:
- Falta de evaluación personalizada: las estrategias genéricas utilizadas tradicionalmente tienen dificultades al abordar las necesidades específicas de cada trabajador. Es crucial realizar estudios ergonómicos específicos y personalizados en áreas tales como:
- Trabajadores con lesiones musculoesqueléticas previas.
- Trabajadores sensibles.
- Estudios antropométricos.
- Adaptación para mujeres embarazadas.
- Enfoque Limitado: a veces, las empresas se centran solo en la ergonomía física, descuidando otros aspectos como la ergonomía cognitiva, organizativa y ambiental que debe ser tomada en cuenta para conseguir resultados más completos.
La ergonomía física se refiere a la relación entre el cuerpo humano y herramientas, máquinas y equipos utilizados en el trabajo. La ergonomía cognitiva hace referencia a procesos mentales y su influencia en el rendimiento laboral. Mientras que la ergonomía organizativa guarda relación con os aspectos socioeconómicos como horarios, carga de trabajo y sistemas de recompensa. Por su parte, la ergonomía ambiental se refiere al análisis del entorno físico considerando iluminación, temperatura y ruido. - Altos costes económicos y organizativos: los estudios ergonómicos pueden tener un alto coste económico ya que en aquellos entornos de trabajo complejos con muchas variables debe de realizarse en una serie amplia de situaciones y puestos de trabajo diferentes. Igualmente, conlleva una gran cantidad de trabajo previo el poder atender a todas las situaciones de riesgo. El análisis de datos es complejo y la consecución de conclusiones con aplicaciones prácticas es difícil de lograr.
- Esfuerzo continuado: las estrategias deben ser revisadas y adaptadas regularmente a los nuevos tipos de trabajo y cambios que se dan habitualmente en las compañías. La prevención de riesgos ergonómicos es un proceso continuo y repetir los esfuerzos de evaluación con los costes económicos y organizativos que acarrea puede no ser viable en ocasiones.
- Resultados y conclusiones complejos no observables a primera vista y de difícil valoración a medio/largo plazo: en ergonomía los resultados pueden ser ciertamente crípticos en ocasiones y no verse hasta pasado un tiempo, ya que muchos de los TME tardan en aparecer.
DIGITALIZACIÓN: ELEMENTO CLAVE EN LA ESTRATEGIA DE ERGONOMÍA
¿En qué punto puede la digitalización ayudar dentro de una estrategia de ergonomía? Una estrategia en el área de la ergonomía debe dar como mínimo los siguientes pasos:
- Evaluar los riesgos existentes
- Diseñar con estos resultados los entornos de trabajo
- Formar a los trabajadores en la manera de interacción con el trabajo
- Evaluar de manera continua los resultados y realizar ajustes de manera continua
En general las técnicas de digitalización aportarán:
- Una reducción de costes debido a la sustitución por procesos digitales de las horas de observación, de los análisis de datos a través de tablas de excel o de las horas de preparar las conclusiones de los datos.
- Los sistemas de valoración de los resultados con indicadores medibles y basados en métodos científicos aportan fiabilidad en el dato y seguridad en la consecución de los resultados de reducción de lesiones.
- Mayor personalización gracias a las tecnologías basadas en sensores que podrán utilizarse por diferentes trabajadores en sus diferentes circunstancias y la mayor rapidez de evaluación que puede permitir aplicarlas a un amplio abanico de trabajadores entre los que se pueden evaluar aquellos que tengan circunstancias ergonómicas diferentes.
¿CÓMO AYUDAN LOS MÉTODOS DIGITALES EN LA EVALUACIÓN DE RIESGOS?
En la evaluación de riesgos, además de los métodos tradicionales (Observación directa en aplicación de los métodos RULA, NIOSH etc.) existen dos técnicas de evaluación que con tecnología digital ayudan en la evaluación de riesgo.
Una de estas técnicas es el software de análisis biomecánicos a través de vídeo con utilización de inteligencia artificial (IA), como puede ser el IA-ERGO del Instituto de Biomecánica de Valencia
Otro método guarda relación con los wearables de evaluación de riesgos, que traducen los datos recopilados a los métodos tradicionales para evaluar los riesgos de lesiones. Estos wearables incluyen sensores de presión e Unidades de Medición Inercial (UMI) que alojan varios sensores, por ejemplo, acelerómetros, giroscopios y magnetómetros.
Son varios los estudios que avalan científicamente la utilización de dichos sensores y la conversión de sus datos a través de los métodos tradicionales para llegar a conclusiones científicas sobre la evaluación de los riesgos ergonómicos (ver tabla).
Las ventajas en cuanto a la fiabilidad del dato, la reducción de tiempo y costes y su versatilidad (personalización) son beneficios a tener en cuenta a la hora de realizar una estrategia ergonómica y su correspondiente evaluación del riesgo de un puesto de trabajo.
Extracto del artículo Wearable Devices for Ergonomics: A Systematic Literature Review (Department of Mechanical and Industrial Engineering, University of Brescia)
¿CÓMO PUEDEN AYUDAR LOS MÉTODOS DIGITALES EN LA FORMACIÓN SOBRE LA INTERACCIÓN?
Para responder a esta pregunta, hay que tener en cuenta que, una vez los riesgos han sido evaluados y los entornos de trabajo diseñados, es necesario que los trabajadores aprendan a realizar la tarea dentro del nuevo entorno.
El resultado óptimo de una buena adecuación al puesto debería conllevar que el trabajador realice el trabajo con el menor esfuerzo posible y de una manera intuitiva y natural.
Pero no es posible que todos los trabajos se realicen de una manera intuitiva y natural, ya sea porque la tarea no puede ser diseñada de esta manera o bien porque es necesario cambiar en parte la interacción con el medio del trabajador; lo que hace que sea necesario en muchas ocasiones formar al mismo en cómo se debe de realizar el trabajo para resultar ergonómico y evitar así los TME.
Dentro de este apartado, convienen destacar los recursos educativos digitales, que guardan relación con la creación de contenidos digitales, algo que enriquece la experiencia de aprendizaje. Los recursos digitales, como vídeos, simulaciones y aplicaciones interactivas, de gaming o de inmersión en la realidad virtual, pueden hacer que los conceptos sean más accesibles y atractivos para los estudiantes.
Ciertos equipos utilizados para la evaluación de riesgos tienen la capacidad de servir también como elementos activos en la formación.
Por su parte, los wearables activos de evaluación y formación se trata de equipos que pueden identificar los movimientos incorrectos que comportan un riesgo específico de TEM y avisar a través de vibraciones o sonidos a los trabajadores cuando los realizan. Además, también aportan información para analizar junto al trabajador cuál está siendo su evolución en la mejora de los movimientos mientras utiliza el equipo.
EXPERIENCIA DE KAEFER CON LOS WEARABLES ACTIVOS DE FORMACIÓN Y EVALUACIÓN
De entre las diferentes actividades que realiza KAEFER Servicios Industriales está la del montaje y desmontaje de andamios donde los trabajadores son más proclives a sufrir TME. No obstante, en el resto de las actividades que consideramos principales en nuestro negocio, tales como el aislamiento industrial, los accesos a través de trabajos verticales, la protección de superficies, los trabajos de desamiantado, construcción de cámaras frigoríficas o ensayos no destructivos, existen también altas componentes de los factores identificados anteriormente como de riesgo, la prevalencia de los TME tiene una relevancia mucho menor que en la actividad de montaje y desmontaje de andamios.
Actualmente, las tasas de accidentabilidad por lesión musculo esquelética en el sector del montaje y desmontaje de andamios han llevado a la compañía a definir y ejecutar una estrategia en ergonomía para encarar el riesgo de TME.
La estrategia consta de varias acciones derivadas de una evaluación inicial de riesgos realizada por un equipo de ergonomistas del servicio de prevención en asociación y un gabinete de fisioterapia deportiva especializado en equipos de medición ergonómica (Wearables Ergonómicos), que analizó la validez del método utilizado realizando para ello tanto un estudio previo de campo del trabajo de KAEFER en planta industrial, como un estudio de laboratorio del sistema wearable utilizado para la misma.
La estrategia de KAEFER está compuesta de los siguientes puntos:
- Incremento de uso de equipos de elevación de cargas mecánicos. La compañía ha realizado un importante esfuerzo económico al adquirir una cantidad suficiente de equipos de elevación propulsados por electricidad para sustituir en lo posible los procesos en los que los andamios se transportaban manualmente.
En los casos como puede ser el de la construcción de torres de 50 metros de alto y 20 toneladas de peso, donde los equipos eran elevados pieza a pieza por cadenas de trabajadores que se pasaban en vertical unos a otros las piezas, se ha sustituido por la subida en equipos de elevación que evitan el uso intensivo de la fuerza humana y la sustituyen por el mecánico. - Integración de la normativa Operativa y de Ergonomía. Para conseguir una integración de la ergonomía en la normativa interna se ha eliminado la distinción entre la normativa de seguridad y la normativa operativa.
Ahora, cuando los equipos operacionales buscan las referencias para el montaje de los andamios se encuentran integradas las normas relativas a los movimientos más lesivos, la forma de agarre, los vídeos explicativos etcétera. - Limitaciones en el uso de piezas de andamio pesadas. Se ha limitado la manipulación de ciertas piezas de andamios que tienen un peso elevado o una forma de agarre de riesgo, por ello, estas piezas deben de ser manipuladas por dos trabajadores en vez de uno.
- Creación de vídeos y contenidos de mejora postural. La producción y puesta a disposición de vídeos en los que los trabajadores pueden ver cómo realizar estiramientos específicos antes de realizar una tarea en concreto, tirar de la polea, pasar piezas etc., les motiva a asumir en sus día a día la costumbre de realizar pequeñas sesiones previas de estiramiento y calentamiento antes de realizar los trabajos.
- Servicio de Fisioterapia Preventiva. En todos sus centros de trabajo, la empresa pone a disposición de los trabajadores servicios de fisioterapeutas de forma gratuita que atienden a los trabajos cuando comienzan con las pequeñas afecciones que indican la potencial aparición de un TME.
Estas visitas a los fisioterapeutas son aprovechadas para ofrecer a los trabajadores que asisten instrucciones y orientaciones sobre las buenas prácticas de manipulación de piezas de andamio. El objetivo es claro: se trata de actuar antes de que los TME se presenten. - Proyecto de evaluación y salud postural. En este punto KAEFER ha buscado la ayuda de la digitalización a través de un equipo wearable activo de evaluación y formación de entre los definidos anteriormente. Se trata de un equipo con capacidad de reconocer y evaluar los principales factores de lesión que están asociados a los TME en la manipulación manual de cargas, en este caso concreto los de la actividad de montaje y desmontaje de andamios a través de los sensores que miden la posición del trabajador en cada momento.
Sus capacidades permiten tanto evaluar la posición y enviar los datos para su análisis como el avisar al trabajador cada vez que realiza un movimiento de riesgo.
Los equipos realizan una señal al trabajador cuando este lleva a cabo ciertos movimientos que son considerados de riesgo TME, por lo que el trabajador recibe la formación práctica en el momento de realizar el trabajo.
Este sistema permite:
- Que el trabajador entienda en el mismo momento que ocurre cuando está realizando un movimiento incorrecto y poder corregirlo por el adecuado.
- Que todos los datos que se transmiten a través de este sirvan para mantener actualizada la evaluación de riesgos y comprobar si se dan nuevos riesgos ergonómicos.
- Que el equipo de prevención pueda revisar junto a los trabajadores todos las variaciones en los resultados para poner en común soluciones a los riesgos identificado.
Con todo ello estimamos que en un plazo de un año seremos capaces de reducir entre un 15% y un 20% los movimientos de riesgo que se producen y hacer descender la prevalencia de los TME en la compañía.
En definitiva, la evolución de la salud osteomuscular en el trabajo estará marcada, sin duda, por los avances en tecnología y ergonomía, un mayor enfoque en la prevención de lesiones, el desafío del envejecimiento de la fuerza laboral y la adaptación a las nuevas realidades de los trabajos. La clave radica en adoptar enfoques proactivos e integrales que promuevan la salud y el bienestar de los trabajadores durante su vida laboral.