Saludo del presidente de la AEM
Claudio Rodríguez Suárez
Presidente de la AEM Asociación Española de Mantenimiento
Director General de Infraestructuras. ENAGAS
Estimados compañeros y socios.
A lo largo de mi carrera profesional, he sido testigo, juez y parte de la forma en la que el mantenimiento ha evolucionado, desde una labor auxiliar y rutinaria, a convertirse en un vector director de la sostenibilidad tanto medioambiental como económica de las empresas, y, en consecuencia, en un motor de actividad de servicios de valor y desarrollo tecnológico significativo.
El camino no ha sido fácil, la tecnificación y especialización primero, el posterior desarrollo de modelos avanzados de gestión, y, finalmente, la progresiva digitalización del conocimiento desarrollado en las etapas anteriores, han permitido que hoy día sea posible disponer de soluciones capaces de gestionar, de forma competitiva, un portfolio de activos conforme a los principios con los que se sentaron las bases de normas como la UNE ISO 55000.
Esa norma, impulsada precisamente para asegurar la debida resiliencia estructural en entornos de riesgo bajo una visión eminentemente holística, se revelan, hoy día, incluso como insuficientes para asegurar la continuidad del negocio en escenarios donde la simple identificación periódica de los riesgos a los que hacer frente, se ha quedado corta, y donde el trabajar para poder atender al “worse case scenario” se plantea, quizás ya, como la única estrategia de supervivencia posible.
Tiempos complejos a los que miembros de los diversos ecosistemas empresariales (ciclo de vida) llegan con desiguales niveles de desarrollo (sirva como muestra el botón de nuestra propia encuesta sectorial) , y donde, además, la capacidad de disposición de los recursos para provocar el cambio pueden ser limitados y por tanto condicionar la sostenibilidad del conjunto, más allá de que quizás el mayor riesgo se pueda encontrar en la falta de sensibilidad de las propias empresas hacia la gestión de mantenimiento con clave de su propia competitividad y supervivencia.
Son por tanto tiempos de notable oportunidad tanto para poner aún más en valor la capacidad de aportación de nuestro ámbito de gestión y conocimiento, como para ampliar el ámbito de influencia de nuestra Asociación, y para ello es imprescindible identificar de forma tanto cualitativa como cuantitativa, cuáles son los retornos: económicos, medioambientales, en materia de seguridad, en posicionamiento competitivo, e incluso sociales, de invertir en la implantación de modelos de gestión y soluciones tecnológicas avanzadas.
Son también tiempos de diseminar, informar y mejor formar desde la base de las carreras universitarias, de colaborar en la recuperación efectiva del valor de la Formación Profesional, pero sobremanera de ganarse la confianza de los principales actores de nuestra economía, así como muy especialmente de influir en los reguladores y en la administración, porque este esfuerzo necesita de ayudas y hemos de ser capaces de identificar cuales con las palancas más efectivas para conseguirlo.
A lo largo de estos años, y gracias al esfuerzo desinteresado de todos los que desde su fundación han y habéis creído en este proyecto, hemos construido una base de conocimiento y valor suficiente para iniciar una nueva etapa en la que la AEM se convierta en el catalizador necesario que acelere este cambio.
El futuro es incierto, el objetivo complejo, el tiempo poco, las oportunidades inmensas…¿alguien conoce un entorno más interesante de trabajo que la época de cambio y transformación que nos ha tocado vivir?… si tu respuesta es, como espero, no, cuento con que tu ilusión renovada se sume a la mía y que nos ayudes a empezar a sumar.
Muchas gracias,
Claudio